El pasado domingo se conmemoró el Día fijado por la OIT para recordar que el trabajo infantil es una actividad prohibida en el derecho internacional.
Niños y niñas realizan actividades vinculadas a la esclavitud y al sometimiento o desempeñan actividades que ponen en riesgo su bienestar físico y emocional, ya sea por las características del trabajo o por las condiciones en que lo desarrollan.
También se denuncia que numerosos niños y niñas trabajan a una edad inferior a la establecida por los marcos legales de cada país.
Un niño que trabaja no cuenta con las mismas posibilidades de ejercer sus derechos a la educación, al juego, a la práctica de deportes, al tiempo libre; derechos que deberían ser inherentes a su condición de niño.
Se estima que aproximadamente el 26% de la infancia urbana argentina experimenta Necesidades Básicas Insatisfechas. De ellos, el 57% se encuentra privado del ejercicio de derechos en al menos una de sus dimensiones.
Además de los efectos negativos en la salud física y sicológica, su futuro será el de un adulto condenado a la informalidad y precariedad laboral.
Desde EL Observatorio del Trabajo nos sumamos a esta iniciativa que busca que tomemos conciencia, como sociedad y reclamamos del Estado que se sancione severamente a quienes promueven el trabajo infantil.