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¿El trabajo asíncrono es el futuro?

La pandemia impuso el trabajo remoto durante el confinamiento. Pero la revolución laboral aún no concluyó. Si bien las encuestas indican que las personas y las empresas prefieren teletrabajar de manera parcial, aún subsisten desventajas de la antigua modalidad como por ejemplo:

Rigidez horaria: se impone una rutina rígida que replica las condiciones laborales de la oficina en el hogar.

Conexión digital constante: en vez de promover la desconexión digital.

Y una difícil conciliación entre el trabajo y el hogar.

Entonces, ¿cuál es la solución? La clave podría estar en adoptar una modalidad de trabajo asíncrono, como propone un artículo elaborado por Equipo de TherapyChat liderado por Aída Rubio, Head of Clinical Content de TherapyChat, cuyo link dejaremos en nuestro portal.

El trabajo asíncrono consiste en que cada persona está en la libertad de trabajar desde donde quiera y en el momento del día que quiera, según mejor le convenga.

Para el trabajador la ventaja es una mayor flexibilidad y mejor conciliación familiar y personal. Como tener tardes libres para llevar a los hijos al parque, o trabajar a la medianoche porque el silencio ayuda a tu concentración, y se deja de lado el «presentismo laboral» porque se valorará en cambio el verdadero desempeño.

Para el empleador, un trabajador feliz y en armonía, tendría mayor productividad, mayor concentración. Además la comunicación será mas eficaz ya que el empleado accederá a ella en el mejor momento para visualizar, escuchar o leer la información pertinente y tendrá un plazo razonable para responder (en caso de que sea necesario). Además dado que cada empleado no estará sujeto al mismo horario laboral la información deberá quedar registrada en su totalidad y a disposición de todos los integrantes del equipo. Y esto además de democratizar el acceso a la información, fomentaría el desarrollo de habilidades tales como la autonomía, confianza y seguridad en los empleados.

Son muchos los beneficios y tal vez esta metodología de trabajo parezca demasiado buena para ser verdad. Pero lo mismo se pensaba hace 30 años del tetetrabajo.

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