Al ratificarlo el Reino de Tonga, por primera vez en la historia de la OIT, la totalidad de sus Estados Miembros han ratificado una convención internacional del trabajo.
Pese a que este Convenio (núm. 182) surgió hace 21 años, pese a ello es el convenio que ha logrado más rápido su ratificación en la historia de la OIT, lo que demuestra cuán dificultoso es (no solo en Argentina) lograr consensos unánimes a hora de tratar asuntos relacionados con protecciones laborales.
Guy Ryder, Director General de la OIT afirmó que lo logrado “pone de manifiesto un compromiso a escala mundial para erradicar de nuestra sociedad las peores formas de trabajo infantil, incluidas la esclavitud, la explotación sexual y la utilización de niños en conflictos armados u otros trabajos ilícitos o peligrosos susceptibles de menoscabar la salud, la moral o el bienestar psicológico de los niños”.
Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI), destaco la importancia de la ratificación universal del Convenio 182 y señaló la necesidad de encontrar soluciones multilaterales frente a los problemas mundiales.
Según estimaciones de la OIT hay 152 millones de niños que realizan trabajo infantil en el mundo, 73 millones de los cuales llevan a cabo trabajos peligrosos. El 70% de todo el trabajo infantil tiene lugar en el sector agrícola y obedece principalmente a situaciones de pobreza y a las dificultades de los padres para encontrar un empleo decente.
Así entonces en hora buena el mundo entero ha decidido proscribir el trabajo infantil en todas sus formas.